miércoles, 25 de noviembre de 2009

Trámites...

Ella había salido temprano, tenía varios trámites para hacer, y si bien sabía que se podría haber quedado un par más de horas durmiendo, prefirió saltar de la cama como si los resortes ya no quisieran sostenerla...

Se lavó la cara, cepilló sus dientes, y se miró en el espejo abriendo grandes los ojos y haciendo una mueca extraña con la boca. Intentaba sacarse la cara de dormida... sin mucho éxito realmente...

Pasó por el comedor, agarró una manzana del canasto, sacó las llaves del cajón, y mientras cerraba la puerta, le dio un mordisco a la fruta.

Bajó los seis pisos por la escalera.

El ascensor andaba perfectamente, pero ese día particularmente, tenía ganas de bajar por sus propios medios.

En realidad, ella no quería reconocerlo, pero las últimas veces que había viajado en ascensor, se había acordado de la película "Los 5000 dedos del Dr. T", en donde hay una escena en la cual hay unas mazmorras, y un ascensorista vestido de verdugo va contando las espantosas situaciones de cada planta subterránea a medida que el ascensor baja...

Cuando llegó a la intersección entre el primer piso y la planta baja, se detuvo un segundo a mirar la baranda. Casi podía verse sentándose sobre ella de costado, y deslizándose hasta el final de la escalera... se sonrió de imaginarlo, pero no se animó a hacerlo.

Una vez en la calle, inspiró profundo, el viento venía fuerte y tibio, y le pegó un poco en la cara, mientras trataba de acostumbrarse.

Caminó por la avenida, y dobló en la tercer esquina. Hizo poco mas de media cuadra y se metió en un edificio alto. Allí terminó los trámites que tenía para hacer esa mañana, y cuando salió sentía que se había sacado un peso de encima.

Miro a ambos lados de la calle, y decidió caminar sin rumbo, a ver en donde terminaba...

domingo, 22 de noviembre de 2009

Ella...

Ella tenia un nudo en la garganta... no era por algo en particular... era el día...
Afuera hacía frío... el viento hacía remolinos con las hojas amarillentas que bailaban en la vereda, y la gente se abrazaba a sus abrigos como si en cualquier momento se les fuera a volar...
Las nubes eran grises, casi blancas... y ese día estaban particularmente bajas...
En el balcón estaba el tender, con la ropa que había lavado el día anterior, y mientras ella escribía en su cuaderno, podía ver de reojo como se volaban las prendas agarradas con broches de colores... "Hubiera sido un espectáculo ver toda esa ropa volando en el aire"... pensó... y siguió escribiendo...
En la cocina, el agua para los fideos seguramente hervía hacía rato... pero ella no tenía ganas de levantarse a fijarse, ni a ponerlos en el agua a cocinarse... Igualmente sabía que tenía que hacerlo... ya había quemado varias cacerolas por ese mismo motivo...
Juntó fuerzas, soltó un suspiro medio fastidioso, y se levantó con los pies pesados, para ir a la cocina.
En el camino, miró todo... el sillón, la mesa, el piso rayado, la pared revocada que jamas fue vuelta a pintar... y llegó a la cocina...
Destapó la cacerola, y afortunadamente, todavía tenía suficiente agua.
Agarró de arriba de la heladera el frasco gigante de spaghettis que siempre tenía lleno, lo abrió y echó un puñado en el agua hirviendo, revolvió con la cuchara de madera, y se dio vuelta casi airosa, volviendo al cuarto, a sentarse con las piernas cruzadas cual indio, a escribir en su cuaderno.
Estaba conectada, online, pero no tenía ganas de hablar con nadie... Todavía era temprano... sabía que antes de las próximas dos horas, no iba a pasar nada importante, asi que siguió sentada, de a ratos escribiendo, de a ratos con la mirada perdida en un punto cualquiera del cielo blanco.
Sentía algo que era dificil de explicar... suponía que era tristeza, pero un buen amigo le había dicho que la tristeza no está buena... que quizás lo que tenía eran ganas, deseos, pilas, quizás hasta un poquito de frustración... y le pareció que podía llegar a tener razón...
Nunca le había gustado la idea de ponerle una connotación negativa a las cosas, porque consideraba que las alejaba aún mas... asi que se sacudió la tristeza, y la cambio por ganas... muchisimas ganas... y también un poco de frustración... pero sabía que era pasajera... sabía que era solo por el día, o porque era domingo y hacía una semana atrás estaba donde quería y con quien quería... o quizás, era también un poco porque hacía mucho frío... y afuera estaba nublado...